20191224

no voy a comparar

he escrito sobre el problema de las expectativas, la película suave de los celos y el estar/no estar. Me veo tentada ahora a decir que tal persona no es como tal otra, que tal no me engríe como me engríe la otra, que tal no me saluda como me saluda la otra, pero esa tal no me acoge con la mirada como aquella, esa tal no me adivina el pensamiento como aquella, esa tal no es ni la mitad de profunda como aquella. Razones buscamos para hundirnos en la mierda, a ver, ¿por qué no las buscamos para salir de ella? no reímos así, no disfrutamos así, ¿en serio? pero hemos llorado.

salir de un vacío para tirarse a otro, la misma historia, una y otra vez. Amante de los vacíos te quedarás sin  aliento, sin ímpetu, sin voz.

ese mantra de no tener expectativas es confuso, si se desea se tiene expectativas, desear está bien, da vida, entonces, las expectativas por qué se vuelven peligrosas? porque hacen sufrir, y cómo desear sin tener expectativas?

la realidad no es tan intensa como la fantasía, la realidad es cruda, superficial y cotidiana. Dura, la fantasía es breve.

no ha pasado por mí algo que cambie mi esencia
no ha pasado por mí quien cambie mi andar
no ha pasado por mí nada que me haga partir
ha pasado por mí la angustia
ha pasado por mí la paciencia
ha pasado por mí la luz
la veo, le temo y voy

renuente soy aún a algunas pantomimas, a esta, a aquella ya no tanto. Me guardo cuando duele, sonrío si es leve. Pero se nota, se nota en la sonrisa el espíritu alimentado.