Cuando uno ya conoce la esquina, baja la velocidad antes de llegar, si vas corriendo, te detienes un poquito, "podría estrellarme" dices, bajas la velocidad pero igual sientes esa emoción del posible choque, ya te gustaría ser más kamikaze e ir a todo contra todo, morir, dejar las tripas expuestas, pero no, tu ets mesurada, te mides, ya no estamos para rompimientos varios, ya cuesta la recomposición.
Pero, esa cosa mágica que podemos romantizar de cualquier manera, ya sabemos que se llama "pulsión" y ya sabemos que siempre estará aquí, solo que la edad, creo, hace que nos digamos: "otro chichón ya no cal" pero, pero, pero qué se dice el otro? no se podría decir acaso: "esta vez sí podemos ir más lejos" porque, en todo caso, no solo yo tengo y mantengo mi pulsión, el otro tiene, le aparece, una voz, un hilito deseante que podría matar su goce, no es acaso eso posible? estas otra vez mezclando las cosas eh! sí, mi optimismo, mi humanismo, mi sonsera con mi racionalidad, con mi sobriedad.
Juegas, apareces, brincas, das volteretas, pero no quieres quedarte, tu mirada está allá en la siguiente brisa, en el próximo vértigo y yo que poco he tenido, me encandilo con ese poquito porque lo conozco, porque me es íntimo, in-ti-moi
