20121021

Desde chiquita


El primer día de clases en el jardín suele ser traumático para los niños, he visto el terror en la mirada de mi primito cuando lo llevamos a su gran primer día, he sentido sus manitos agarradas con toda su fuerza a mi brazo y con su mirada más triste a su mamá.  He visto a niños golpeándose la cabeza contra la puerta, queriendo salir del salón como si presintieran su muerte en el aula, me ha dolido el alma.

Sin embargo, yo no fui de ese equipo, yo fui de las relax o intentaba serlo, no recuerdo si tuve miedo, es más no estoy segura si las imágenes que vienen a mi mente sobre esa escena son recuerdos o imaginación, me puedo estar confundiendo. Pero, dice mi mami que yo fui muy tranquila al jardín, tampoco crean que fui
de esas afanosas que ni duermen por ir al claustro del saber, tampoco. Pero dice que estuve tranquila, mi mami pidió el día libre en la oficina para esperarme ahí en el jardín, temiendo un berrinche como el típico.

Me dejó en la puerta, dice, y yo la dejé diciendo:

Chau, mami
M: Ya hijita, aquí te espero
G: No mami, anda ya a tu tabajo, yo me voy solita a la casa
M: (risas de todos los que estaban) Ya hijita

Obvio que no me hizo caso e igual me esperó.

Quisiera saber qué sentí, creo que me perturbaban los llantos de los demás, al menos tengo esa idea, que yo estaba un poco asustada por sus destinos, los de ellos, porque sabía que para mí no iba a ser grave ese trajín.

En fin, cada vez que mi mami cuenta esa anécdota, me enorgulezco de mí, con razón o no, creo que no estoy del lado de los débiles y no estoy hablando del umbral del dolor ni nada. No sé si fue determinante,
claro que no fue concluyente, pero podría, ese acto, haber dado un indicio de mi independencia. Al respecto, cada vez que mi tía escucha esa anécdota dice: "desde chiquita pue ha querido ser independiente esta mierda".