20130810

Sustancia

Me gusta el Vichama probablemente por la misma razón que me gustó El Cairo, por la miseria, por parecer la frontera del vacío, del fondo interminable, solo la frontera.

No hay semáforos en el Cairo, no hay modales en el Vichama. Si quieres cruzar la pista, solo falta tener valor, correr y ser hábil toreando combis más asesinas que las peruanas, si quieres pasar un buen rato en Vichama, no tienes que juzgar, tienes que bailar y mirar sin prejuicios.

Siempre me ha atraído lo nuevo, lo diferente, creo que hay gente interesantísima en todas partes, pero le tengo especial afecto a la miseria, a la pobreza, me regodeo en ellas. Talvez sea porque al no tener las superficialidades que da el dinero, es más fácil observar su sustancia, lo creo así.

Desconfío de quien prefiere el lujo, la extrema civilidad, de quien no puede comer pollo a la brasa porque no le gusta el pollo o de quien no come en un puesto ambulante por miedo a enfermarse. Desconfío de las capas, de las grandes capas que pueden cubrir al ser humano.

La basis es lo que somos, no tenemos porqué recubrirla tanto ¿no?