No hagas travesuras

Es cierto, cuando tienes algo así como una pena, aunque sea una penita, algo te oprime por dentro y no te deja sonreír mucho, no te deja disfrutar ni siquiera de las cosas nuevas, sólo hace que recuerdes eso que parecía no afectarte tanto, pero te entristece. La diferencia es que esta vez es un recuerdo bonito, un recuerdo, un cierre y un nuevo comenzar.

Pasó como si no tuviera que suceder, de repente, sin avisar, ya no estoy segura si inconscientemente lo planeé, me gusta pensar que no, me gusta pensar que no hubo intervención de nadie.

Después de mucho tiempo no me pasaba algo así, que me alegrara, que me sorprendiera, algo tan, tan cierto. Estuvimos, nos ausentamos y volvimos para el final, tielno final.

Por fin salí de la lista de cosas que no terminan. Bueno, ahora que lo pienso, me dejé marcar mucho por una sola indefinición, la otra no fue un corte, la otra fue un cambiar de parecer dicho, explicado. Esta vez fue distinto, esta vez no fue ni uno ni lo otro, no había definiciones por lo tanto no nos quejamos de indefiniciones, no hubo cambio de pareceres, sólo hubo lo que hubo, que bastante ya fue, sólo se sintió una brisa bonita, resplandeciente aunque efímera, brisa que me trae nuevos aires. Brisa que me hace comenzar con esperanza, conversar con el después.

El tigle sólo quería ser tigle y lo logró.