Voy reconociendo poco a poco lo que soy, reafirmando mis gustos, cambiando mis hábitos, eliminando algunos, incorporando otros.
Puedo estar en casa -hibernando- dos o tres días seguidos, recibiendo la luz del sol sí, pero no saliendo, de pronto ganas de explorar afuera, sí, salir, conocer, pasear.
Ni soy casera, ni a la calle pertenezco, soy de ambos lugares. Ni tengo la disciplina que me hace trabajar todos los días a la misma hora, ni la distensión para no comer como se debe por más de un día.
Trato de escuchar lo que me cuerpo me pide, lo que necesita, lo que le hace falta. Puedo incubar por casi una semana y ponerme a trabajar de sol a sol.
La diferencia es que ahora hay más paz, no hay culpas, hay entendimiento. Este viaje hacia nuestro interior debería ser obligatorio, al principio asusta, pero puedes ser un gran cómplice de ti mismo.
Puedo estar en casa -hibernando- dos o tres días seguidos, recibiendo la luz del sol sí, pero no saliendo, de pronto ganas de explorar afuera, sí, salir, conocer, pasear.
Ni soy casera, ni a la calle pertenezco, soy de ambos lugares. Ni tengo la disciplina que me hace trabajar todos los días a la misma hora, ni la distensión para no comer como se debe por más de un día.
Trato de escuchar lo que me cuerpo me pide, lo que necesita, lo que le hace falta. Puedo incubar por casi una semana y ponerme a trabajar de sol a sol.
La diferencia es que ahora hay más paz, no hay culpas, hay entendimiento. Este viaje hacia nuestro interior debería ser obligatorio, al principio asusta, pero puedes ser un gran cómplice de ti mismo.
Solo estar
0 c:
Publicar un comentario