20131023

El loche

Hace un rato leí una nota sobre el loche. No pude evitar la aparición en mi mente de los recuerdos del sabor y olor de las comidas que preparaba mi mamá cuando yo era niña.

Mi madre se casó con un señor que no me caía bien cuando yo tenía 5 o 7 años, o de repente más, no lo recuerdo bien, y no me importa por ahora tener las fechas claras. Lo que quiero decir es que si bien su llegada a mi casa me sentó muy mal, tan mal que estuve hospitalizada, este señor dejó muchas cosas buenas a mi familia, sí, lo reconozco. Una de estas cosas es el loche, él era de Chiclayo, cocinaba muy bien, mi madre ya sabía cocinar y era ingeniosa en ello, pero creo que improved su forma de hacerlo, empezó a usar otros ingredientes, etc, todo lo que resulta de interactuar, aprender y aplicar lo que comparten personas que tienen otra cultura (lambayecana en este caso).

Yo tengo una relación recontra especial con la comida, me encanta comer, disfruto casi todo, desde un arroz con huevo frito hasta un pato en salsa de maíz morado (debe ser una de las cosas más elaboradas que he comido). Claro, esta relación debe deberse a mi relación afectiva con mi madre y de paso con mi abuela. En fin. Me encantan los sabores intensos, los alimentos olorosos. Y ahora puedo reconocer que el loche es uno de los ingredientes de la comida de mi casa que más me gustan, me encanta, y claro defiendo que no todos los loches son ricos, en Cajamarca es difícil encontrar buen loche, aquí ni se diga, pero el buen loche, el oloroso, el amarillito es riquísimo.

Jamás olvidaré ni renunciaré el cabrito a la chiclayana con harto loche de mi madre. Siempre recuerdo el arroz graneadito de los sábados con alverjitas, zanahorias, pasas y loche (a veces pimiento y aderezado con un cubito de pollo maggi).

Ayyyyyyyyyyy, la comida, mi madre, mi abuela y su amor son mucho.

¡Ah! puede ser que mi padrastro no fue quien le presentó el loche a mi madre, sí, puede ser, pero este recuerdo y conexión que describo son míos, la historia es mía y yo lo relaciono así.


Y eso que no mencioné el queque de naranja